Los Warriors de un soberbio Kevin Durant suman el primer punto de las finales
- Manuel Gómez Velasco
- 2 jun 2017
- 2 Min. de lectura
En las finales más esperadas de los últimos años, los Golden State Warriors guiados por un espléndido Kevin Durant arrasaron (91-113) a unos Cleveland Cavaliers desconocidos.

Kevin Durant fue clave en la victoria - Fuente: Getty Images
Ese dulce aroma de unas finales se podía distinguir horas antes del encuentro en el Oracle Arena. Posiblemente estábamos ante las mejores finales en años, muchos años.
Stephen Curry, Kevin Durant y todo el público de Oakland buscaban su revancha, mientras que en el otro lado LeBron James y compañía intentarían revalidar lo que tanto les costó lograr el año pasado. Al final, las ganas de los primeros fueron mucho mayores que las de los segundos y el partido, lejos de lo esperado, quedó sentenciado antes de lo previsto.
Como bien suponen unas finales, los nervios se pudieron palpar desde el primer instante, con ambos equipos muy imprecisos y precipitando tiros en desventaja. Tanto fue así que, durante los primeros minutos, Zaza Pachulia se convertía en la estrella del partido, eso sí, solo hasta que Stephen Curry y Kevin Durant decidieron que el partido sería suyo.
Poco a poco los chicos de Steve Kerr (ausente otro día más por sus problemas de espalda) se fueron soltando, cogiendo ritmo y aumentando el frenetismo del partido. Al final del primer cuarto ya iban 5 arriba (30-35), dejando entrever lo que podía ser el encuentro.
Tras el paso de los siguientes 12 minutos, se disiparon las dudas. Los Cavs, que hasta el momento se mantenían vivos gracias a LeBron (28 puntos, 15 rebotes y 8 asistencias), vieron cómo ni siquiera él era capaz de recortar distancias, y en cada descanso los de la Bahía se alejaban más y más.
Entre todo esto, un nombre destacaba por encima de los demás, y es que Kevin Durant (38 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias) firmó uno de esos partidos difíciles de olvidar. En su nivel habitual de tiro e imparable en transición, donde terminó de romper al equipo de Tyronn Lue.
Cada pérdida de Cleveland (¡12 al descanso!) aumentaba la distancia pues, además, como han demostrado durante todo el año, la defensa de estos Warriors es la mejor, de calle. Cambios y ayudas constantes con un buen Klay Thompson en este aspecto (en ataque sufrió una de esas noches oscuras (3/16), y un gran Draymond Green.
La última bala de los Cavs era conseguir activar a Kyrie y Love y aumentar su intensidad defensiva en la segunda parte, pero lejos de eso, parcial de 13-0 para Curry y compañía, un Stephen Curry que comenzó a sentir ese picorcillo para acabar con 28 puntos y 6/11 en triples (54.5%).
Listo para sentencia, el último cuarto quedó como preludio del segundo encuentro que tendrá lugar este domingo y que puede deparar algo histórico si repiten victoria los de Oakland que, ahora mismo, se encuentran 13-0 en playoffs.
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